En la retina humana, existen 2 categorías principales de células
fotorreceptoras, encargadas de captar la luz, estas son: los bastones y
los conos. Estas células, recogen las diferentes partes del espectro de
luz solar y las transforman en impulsos eléctricos, que son enviados al cerebro
a través de los nervios ópticos, siendo éstos los encargados
de crear la sensación de color.
Dispocisión de conos y bastones en la retina.
De noche o en condiciones de escasa luz, todos los objetos parecieran ser
oscuros o negros, ya que cuando la intensidad de la luz es más bien baja, es
más difícil para el ojo humano, discriminar los colores. Esta visión de
la noche y la oscuridad o visión escotópica, está a cargo de los
bastones.
Éstos son tan sensibles que pierden la capacidad de emitir señales con la plena
luz de día.
No son sensibles al color, pero son mucho más sensibles que los conos a
la intensidad luminosa, por lo que aportan a la visión del color aspectos como
la saturación y el matíz.
Los conos son los responsables de la luz diurna o en colores: la
visión fotópica. Tienen una respuesta cuatro veces más rápida que los
bastones, cuando son estimulados por la luz, lo cual los hace aptos para
detectar cambios de movimiento veloces en los objetos. Confieren a la visión
una mayor riqueza en detalles espaciales y temporales. La
característica principal de los conos es su capacidad de captar el color.
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